¿Qué nos hace tan especiales?

En Ibérico Gómez Rico todo empieza en casa. Criamos nuestros propios cerdos desde que nacen, y desde ese momento nos aseguramos de darles lo mejor: la mejor alimentación, el mejor cuidado y el tiempo que necesitan para crecer de forma natural.

No escatimamos en nada. Incluso los cerdos de cebo reciben piensos de la más alta calidad de la zona, un trato excepcional y una edad de sacrificio superior a la habitual. Esto nos permite obtener animales más maduros, con mejor carne y un sabor inigualable.

Nuestra genética, cuidadosamente seleccionada, aporta una infiltración de grasa única que se aprecia en cada loncha de nuestros jamones, paletas y embutidos. Es esa combinación de mimo, tiempo, alimentación y genética lo que nos convierte en productores diferentes y nos coloca en un nivel de calidad que se nota desde el primer bocado.

Amamos nuestro trabajo y nos llena de orgullo recibir el reconocimiento de quienes prueban nuestros productos, porque cada elogio es la confirmación de que lo que hacemos, lo hacemos bien.

Porque aquí no hay secretos: la excelencia empieza en la dehesa y termina en tu mesa.